Existen dos tipos diferentes de pintura vitral o pintura para vidrios: a base de agua y convencional. Ambos tipos presentan un amplio rango de colores y pueden ser mezclados con facilidad. //
Profesora: Anahí González
3: Preparación del vidrio y transferencia de diseños
La preparación del vidrio
Antes de comenzar a pintar, para asegurar una buena adherencia, remueve cualquier rastro de polvo y grasa de la superficie del vidrio. Usa un solvente como aguarrás o alcohol desnaturalizado.
La transferencia de diseños
Cuando trabajas sobre una superficie plana, como un marco abatible, el diseño puede ser trazado en forma directa. Las superficies planas son las más fáciles sobre las cuales trabajar. En consecuencia, si vas a trabajar sobre una ventana o una puerta, prueba recostándola sobre una superficie horizontal.
Para transferir el diseño a una pieza redondeada, como pueden ser un florero o un jarrón, necesitarás encajar el diseño desde hacia la parte interior del vidrio.
4: El uso de rotuladores
Para crear una línea recta con el rotulador, ubica la boquilla en contacto con el vidrio y efectúa una presión firme y constante. Levanta la punta de la superficie extiende el rotulador a lo largo en una línea recta. Vuelve a apoyar la punta sobre el vidrio al final de tu línea.
La aplicación de la pintura
A la hora de llenar las áreas entre los contornos con un pincel o brocha, aplica la pintura generosamente usando una pipeta. De esta manera, conseguirás un efecto de vitral. Para conseguir una pintura más clara, diluye con agua la pintura al agua o con solvente las pinturas convencionales.
Siempre vierte la pintura en una paleta en lugar de usarla directamente del envase. Así, evitarás que los colores se ensucien o diluyan. Las pinturas también pueden ser aplicadas con esponjas; este método es excelente para cubrir grandes áreas y combinar colores mientras aún están húmedos. La primera capa, asimismo, puede dejarse secar y luego hacer una segunda pasada de esponja con un segundo color.
Siempre prepara tu superficie limpiándola con un paño con solvente —como aguarrás o alcohol desnaturalizado— para remover la grasa y el polvo.
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